La crisis ya nos llegó, finalmente. Muchos esperaban que nos pasara por alto, un fenómeno más del primer mundo que no nos afectó, pero no fue así. Cerrando el segundo semestre del 2008, empezó a caer el hacha sobre las estructuras empresariales del país. Y es probable que el fenómeno continúe durante el 2009, porque así como la recesión fue lenta en llegar, también va a ser lenta para irse.
Es precisamente en estos momentos cuando se hace muy popular la anorexia empresarial, ese sentimiento incontrolable de que hay que bajar costos a como dé lugar. Hay que reducir personal, hay que reducir proyectos, hay que reducir inversiones, hay que reducir gastos. La política de las empresas tiende a volverse un recorte, tras otro, tras otro.
Pero así de fácil no es. Las empresas tienen que tener mucho cuidado a la hora de recortar personal y costos. Como todo, con moderación es bueno. Pero si se hace en exceso, puede mas bien limitar la capacidad de la empresa de mantenerse a flote, y minar sus compromisos.
Algo en lo que parecen coincidir los expertos en el tema es que durante recesiones como la que tenemos encima, las empresas deberían fortalecer su fuerza de ventas. Como parte de las reestructuraciones debería buscarse mejorar los departamentos que buscan y enganchan nuevos clientes, que es precisamente donde está la supervivencia de una empresa en el largo plazo. Y el resto de los departamentos deberían acomodarse de acuerdo con las proyecciones que se hagan con ese departamento de ventas mejorado.
El problema es que muchas empresas, especialmente las PYMES, no están haciendo eso. Están reduciendo su personal al máximo, y recortando todo lo posible para sus flujos de caja no se vuelvan negativos. En otras palabras, practican fielmente la anorexia empresarial.
La pregunta interesante es, en el momento en que no puedan recortar mas y sus ingresos sigan disminuyendo... qué van a hacer? La realidad de la recesión es que de mantenerse todo igual, las ventas van a ir cayendo progresivamente. Y de mantenerse todo igual, tarde o temprano los ingresos no van a poder pagar la operación de la empresa, aunque esté solo el dueño y la secretaria.
Por otro lado, si una empresa con una planilla raquítica logra obtener un contrato grande, va a serle difícil atenderlo apropiadamente. Va a haber un periodo de ajuste mientras se consigue de nuevo el personal requerido para atender el contrato. Y en ese periodo, puede que el cliente se canse de esperar y se vaya donde la competencia.
Parte del manejo de una empresa durante una recesión es reducir costos. Pero hay que saber a dónde reducirlos, y hasta dónde. No es cuestión simplemente de recortar todo progresivamente hasta dejar a la empresa sin una sola persona. Eso, lejos de mejorar el panorama financiero de la empresa, puede terminar convirtiéndola en una víctima mas de la crisis.
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miércoles, 14 de enero de 2009
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1 comentario:
Muy buen post... solo dejame agregar algo... Las empresas nacionales trabajan con el minimo que puede. Digamos que en palabras populares los dueños son "codos". Por lo que una empresa nacional no puede hacer mas recorte.
En cambio la empresa de capital extranjero, tiende a una idea de crecimiento por lo que ella si puede.
Considero que en este momento, los empleados de zona franca, pueden quedar sin trabajo por despido y el empleado de empresa nacional puede quedar sin trabajo por cierre de empresa.
No es que odie o no reconozca las empresas con capital nacional. Pero le falta mucho!.
Por lo que es dudoso que una empresa nacional pueda lograr una Anorexia sin desaparecer.
Aquellas que lo hagan estaran condenadas a su cierre. Ese considero que es el principal peligro.
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