martes, 6 de abril de 2010

Protector solar

Mary Schmich
Chicago Tribune, 1997


Si les pudiera dar a las nuevas generaciones un consejo para el futuro, sería usar protector solar. Los beneficios del protector solar han sido probados por la ciencia. El resto de mis consejos desafortunadamente no tienen una base tan sólida. Les daré algunos de ellos a continuación.

Disfruten del poder y belleza de su juventud. Bueno, si quieren. Probablemente no entiendan el poder y belleza de su juventud, y no los entenderán hasta que ya no los tengan. Pero en 20 años, créanme, verán sus fotografías y se asombrarán de cuántas posibilidades tenían frente a ustedes, y de lo fabulosos que se veían. No son tan gordos como se imaginan.

No se preocupen por el futuro, o preocúpense... sabiendo que preocuparse es tan efectivo como mascar chicle y esperar que ello resuelva una ecuación matemática. Los verdaderos problemas en la vida son cosas que nunca nos pasaron por la mente, ese tipo de cosas que se brincan un alto un martes a las 4 pm.

Todos los días, hagan algo que les dé miedo.

Canten.

No sean descuidados con los corazones de los demás. No dejen que los demás sean descuidados con el suyo.

Usen hilo dental.

No desperdicien su tiempo envidiando. A veces uno está adelante, otras veces atrás. La carrera es larga, y al final verán que el único corredor es uno.

Recuerden los halagos, olviden los insultos. Y si logran hacerlo, cuéntenme cómo se hace.

Conserven sus cartas de amor. Boten sus estados de cuenta bancarios.

Estírense.

No se sientan culpables si no saben qué hacer con sus vidas. Las personas interesantes que conozco no sabían qué hacer con sus vidas cuando tenían 22 años. Y algunos de los más interesantes tienen 40 años y todavía no lo saben.

Consuman mucho calcio. Traten bien a sus rodillas. Las extrañarán cuando ya no estén.

Talvez se casen, talvez no. Talvez tendrán hijos, talvez no. Talvez se divorciarán a los 40 años, talvez bailarán para celebrar su aniversario 75. Sea lo que sea que hagan, no se feliciten demasiado, ni se culpen demasiado. La mitad de sus éxitos, y la mitad de los de los demás, es pura suerte.

Disfruten de su cuerpo, y úsenlo en todas las formas posible. No le teman, ni le hagan caso a lo que los demás piensan de él. Es el instrumento más valioso que tendrán en su vida.

Bailen, aunque sea en la sala de sus casas.

Lean las instrucciones. Aunque no las sigan.

No lean revistas de belleza, porque se sentirán feos.

Conozcan a sus padres, nunca se sabe cuándo ya no estarán. Sean buenos con sus hermanos, son el mejor contacto con su pasado, y la gente que los acompañará en el futuro.

Entiendan que los amigos vienen y van, pero hay unos pocos que hay que conservar. Esfuérzense por cerrar las brechas, porque entre más viejos sean, más se darán cuenta de que ocupan a todos esos personajes que conocían cuando eran jóvenes.

Vivan en Nueva York una vez, pero váyanse antes de volverse insensibles. Vivan en California una vez, pero váyanse antes de volverse perezosos. Viajen.

Acepten esas verdades ineludibles: los precios subirán, los políticos robarán. Ustedes también se volverán viejos. Y cuando sean viejos, se quejarán de que en sus días los precios eran bajos, los políticos honestos, y los jóvenes respetaban a sus mayores.

Respeten a sus mayores.

No esperen que alguien los mantenga. Puede que tengan una cuenta de ahorros, puede que tengan un esposo con dinero. Y nunca se sabe qué día alguno de los dos desaparecerá.

No abusen de su pelo, o cuando tengan 40 años se verá como si tuvieran 85.

Tengan cuidado con los consejos que toman, y tengan paciencia con los que los dan. Dar consejos es una forma de nostalgia, y nos permite sacar recuerdos de la basura, pintar sobre las partes feas, y reciclarlos por más de lo que valen.

Pero, ante todo, créanme: usen protector solar.