miércoles, 21 de octubre de 2009

Hay que darse el lujo de fallar

Hay que volverse un experto en fallar.

En todo lado, hay alguien que es famoso por cagarla una y otra vez. El pobre que parece nunca poder hacer bien las cosas, y que siempre encuentra la manera de pifiar hasta los sistemas a prueba de tontos.

Y por supuesto, la carrera en toda oficina es por no convertirse uno en ese personaje.

Pero muchas veces los profesionales más exitosos no son los que llevan la delantera en la carrera por no cagarla. Por lo contrario, son los que se dan el lujo de fallar una y otra y otra vez.

La mayor parte de la gente le tiene horror a fallar. Porque han sido criados con una mentalidad restrictiva, que les dice los que no hacen las cosas bien, fracasan en la vida. Por eso buscamos siempre hacer lo mismo, y nos sentimos tan cómodos repitiendo tareas que ya hemos resuelto 100 veces antes. Hacerlas sin siquiera parpadear, siempre bien, refuerza nuestro sentido de que somos capaces y sabemos hacer las cosas.

Obviamente el problema es que con esa mentalidad nunca crecemos. Y terminamos ocupando el mismo puesto durante 30 años, sin ascender nunca.

La gente que crece y asciende es la que se da permiso para fallar, y aprende de sus errores. La que se da el lujo de hacer algo mal, arreglarlo, y aprender de ese error. Es ahí donde la rutina deja de ser rutina, y empieza a ser experiencia. Y la experiencia es lo que verdaderamente paga en este mundo.

Por supuesto hay que saber cuándo darse ese lujo. Si uno está presupuestando el trabajo que representa la última esperanza de la empresa para salir con los costos este año, no es el momento de ponerse creativo. Ahí es mejor buscar a alguien que sepa hacerlo "como siempre se ha hecho" e ir a la segura.

Pero si estamos haciendo un cálculo de esos importantes pero que tiene margen para error, y queremos probar a ver hasta dónde podemos llegar, por qué no?

Puede que el error que cometamos esa vez nos enseñe algo que nos permita llegar muy lejos.

3 comentarios:

KagosaVampire dijo...

Es que a quien le gusta fallar, a quien le gusta perder?
Aunque ese fallo represente aprendizaje, muchas veces es mayor el miedo que las ganas de arriesgarse... y si, quedamos estancados...

El mae del bajo dijo...

a ver si entendi, equivocarse permite al hombre innovar y por consiguiente gracias a eso se nos da la aposibilidad de crecer....? es asi?

Alvaro dijo...

Yo soy de los que gusta de hacer las cosas de la mejor manera posible, pero también hay que comprender que no se es el 'papá de los tomates' en todo. Todos tenemos el derecho a fallar.

De hecho es hasta mejor equivocarse porque así uno sabe en dónde se falla. Si uno nunca se equivocara en lo que hace, entonces que pasaría cuando eso suceda? Simplemente no sabríamos que hacer.

Con las equivocaciones se aprende, y se está preparado para el momento en que equivocarse no sea una opción.

Saludos,