jueves, 9 de octubre de 2008

Lecciones del campo de batalla

Quizás no existe liderazgo mas paradójico, y al mismo tiempo mas interesante, que el liderazgo militar. Los ejércitos son todo un mundo surrealista, donde se gastan miles y miles de millones en armas que duran 10 segundos, donde se mantienen reservas de personal desocupado durante años "por si acaso", y en donde no parece tener fin la inventiva y el ingenio humano.

El liderazgo en ejércitos es interesantísimo precisamente por su naturaleza y objetivo final. Cómo se convence a 1000 personas para que se monten en un avión, vuelen al otro lado del mundo, y se lancen a un campo de batalla, de dónde volverán si acaso la mitad? Y en medio de todo, cómo se hace para que los 500 restantes no tiren todo y salgan corriendo antes de que se conviertan en otra estadística mas del combate?

El Ejército de los Estados Unidos tiene un manual, el FM22-100, que trata el tema del liderazgo militar. Lo fascinante de este manual es que lejos de predicar el estereotipo popular, de un sargento dando gritos el día entero, de castigo físico a las 3 de la madrugada, promueve un modelo mucho mas razonable de liderazgo. Porque sin principios sólidos de liderazgo, no se puede esperar que una persona racional esté dispuesta a anteponer el bienestar colectivo a su bienestar personal.

Hay 11 principios básicos que el ejército enseña a sus líderes:

  1. Conócete y mejora. Solo aquellos que se conocen a sí mismos pueden darse cuenta de sus debilidades. Y solo conociendo sus debilidades, pueden buscar cómo mejorarlas.
  2. Demuestre conocimiento y habilidad: un líder que no demuestre habilidad táctica y técnica, para completar las misiones con el nivel requerido, no podrá inspirar estos comportamientos en su equipo.
  3. Busque y asuma responsabilidad. No espere que alguien le diga qué hacer. Si ve algo que puede mejorar, y está autorizado para hacerlo, hágalo. Si se equivoca, no oculte sus errores. Un verdadero líder asume la responsabilidad por las acciones que ejecuta.
  4. Tome decisiones sólidas, a tiempo. La indecisión desmotiva a los equipos. Las decisiones antojadizas ocasionan bajas. Tome las decisiones a tiempo, y hágalo empleando al máximo su conocimiento y habilidad.
  5. Sea el ejemplo. No se puede liderar diciendo "hagan lo que digo y no lo que hago".
  6. Conozca a sus soldados, y cuide de ellos. El decirle a la gente que nos preocupa su bienestar, de nada sirve si no lo demostramos con acciones concretas y significativas. Un soldado que no confíe en nosotros durante el entrenamiento, jamás pondrá su vida en nuestras manos durante el combate.
  7. Mantenga informados a sus soldados. En ausencia del líder, los soldados tienen que poder tomar sus propias decisiones, sin que estas riñen con los objetivos de la misión. Mantenga informados a sus soldados del propósito y fin de las misiones, y explíqueles el por qué de sus órdenes.
  8. Desarolle sentido de responsabilidad en sus soldados. Usted es el maestro, y su objetivo debe ser el mejoramiento continuo de su equipo. Aprenda a delegar, dé responsabilidades a sus soldados que puedan cumplir. El cumplir con una tarea delegada motiva y da confianza a las personas.
  9. Asegúrese que la tarea sea entendida, supervisada y completada. Para que algo salga bien, es necesario que las personas sepan qué queremos, cómo lo queremos y para cuándo. Es necesario supervisarlos, sin caer en el control obsesivo: la supervisión transmite el mensaje de que nos interesa lo que están haciendo. Premie los logros que excedan sus expectativas. Corrija a aquellos que no lleguen a alcanzarlas.
  10. Construya su equipo. La guerra es un escenario de equipos, y solo los equipos unidos pueden salir victoriosos de ella. Sus soldados deben entrenar juntos, hasta que cada uno confíe plenamente en las habilidades de los demás.
  11. Respete las limitaciones de su equipo. Todos los equipos humanos tienen habilidades, pero también tienen limitaciones. Conozca esas limitaciones. Trate de superarlas, pero no haga el propósito de su equipo lograr lo imposible. Los logros motivan, los fallos desmotivan y crean frustración. Si opera bajo parámetros irreales y objetivos inalcanzables, los soldados empezarán a dudar de su capacidad como líder.
El liderazgo es el proceso mediante el cual se lleva a las personas a cumplir con misiones concretas, empleando propósito, dirección y motivación. Si alguno de estos tres componentes falla, la misión no podrá completarse bajo los estándares requeridos.

4 comentarios:

Terox dijo...

Apuesto a que ese manual no está dirigido a soldados rasos...

Ronin dijo...

No se si estará dirigido o no a los soldados rasos, pero todo soldado debe de aumentar su liderazgo y este manual lo considero muy útil.

Terox dijo...

"For mor than 50 years, The U.S. Army Leadership Field Manual has provided leadership training for every officer training program in the U.S. Army."

Lo que sospechaba. Los oficiales son los que toman decisiones. A los soldados rasos no se les pueden dar "alas" (al menos, antes de tiempo). La base de cualquier ejército es la disciplina, y si falla en la base, pues, todo se va al carajo...

Mario García dijo...

En cada soldado debe existir la mentalidad de un general...Si no se sienten parte de un proyecto ni el mejor lider podria sacarlos adelante.