martes, 29 de septiembre de 2009

El milagro del rebranding

Ayer estaba viendo un programa en NatGeo acerca de los millonarios más millonarios del mundo. Entre todos los que salieron, hubo uno que me hizo gracia por una anécdota que contó. Supuestamente el primer negocio que hizo este tipo fue comprar dos burros en $25. Unos días después, los puso en venta en $75, pero en vez de burros los llamó "mulas de carga", y no duraron dos horas en venderse.

Pues, hoy andaba en auto mercado y me topé con esto en el congelador:

Agua ligeramente gasificada, con un toque de Fanta. Imitación del H2-Oh, me imagino.

Y luego se me ocurrió una cosa. Agua ligeramente gasificada, con un toque de sabor a Fanta. Eso no es algo así como lo que sale del dispensador del Food Court cuando está vacío el concentrado y medio malo el tanque de CO2? Un agua medio rara, llena de gas, que medio sabe pero al mismo tiempo no sabe?

Ya me imagino la memoria anual de FEMSA este año. "Tomamos los sobrillos de concentrado de Fanta que nos quedaban en los tanques, les echamos agua gasificada, y los llamamos agua ligeramente gasificada con sabor... y no duraron dos horas en venderse"

La magia del rebranding.